Las costas son dinámicas y pueden cambiar en respuesta a las actividades oceanográficas, atmosféricas y humanas. Estos procesos son capaces de ocasionar la pérdida de arena, lo que puede incrementar los riesgos costeros.
En islas como Puerto Rico, los cambios costeros pueden producir efectos adversos mayores debido a la alta densidad de población e infraestructura cercana a la costa (Hoegh-Guldberg y otros, 2018; Rhiney, 2015).
Nuestro objetivo es entender los patrones de la posición de la línea costera pasada y presente para desarrollar soluciones que ayuden a mitigar los riesgos costeros.
Fotografía de fondo de Playa Sucia, Cabo Rojo, en 2020.
El Programa de Riesgos y Recursos Costeros y Marinos del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés) analiza los cambios costeros históricos de los Estados Unidos y Puerto Rico. Mediante fotografías aéreas, imágenes satelitales de alta resolución, datos de lidar (detección de luz y alcance) y mapas históricos, el programa ha formado una base de datos de las posiciones de la costa de Puerto Rico desde 1901 hasta 2018. La base de datos se puede acceder en el Portal de Riesgos por Cambios Costeros del USGS.
Las áreas costeras representan una fuente importante de ingresos para los puertorriqueños porque ofrecen espacios para el deporte y recreación que fomentan el turismo. La Oficina de Manejo Costero de NOAA estima que alrededor de 696,000 personas son empleadas en las regiones costeras cada año, con una ganancia total de 20,000 millones de dólares.
Fotografía de fondo de la Bahía Salinas, Cabo Rojo, en 2020.
Por otro lado, más de 2 millones de personas residen en las municipalidades costeras de Puerto Rico, lo que representa dos tercios de la población total. Entre ellas, más de 50,000 personas habitan en áreas que son susceptibles a las marejadas ciclónicas durante un evento de inundación de 100 años (Crespo-Acevedo y Moyano-Flores, 2017)
Fotografía de fondo de Punta Las Marías, San Juan, en 2018.
Los riesgos de inundaciones costeras debido a marejadas ciclónicas se ven incrementados por el desbordamiento de los ríos causado por fuertes lluvias (Dobson y otros, 2020; Bush y otros, 2009; Díaz, 2021) y pueden intensificarse en zonas vulnerables a la erosión costera (Barreto-Orta y otros, 2019).
Fotografía de fondo de una inundación en Dorado el 24 de septiembre de 2017.
Las comunidades establecidas en zonas con tendencias constantes de erosión costera experimentan desafíos adicionales y eventualmente pueden verse forzadas a reubicarse. Estas amenazas pueden afectar tanto hogares costeros como la infraestructura crítica de la isla. En Puerto Rico, la infraestructura crítica dentro de 1 km de la costa incluye 11 aeropuertos, 12 puertos, 7 plantas de generación de energía, 3 hospitales, 27,982 km de carreteras principales, 200 km de red de agua potable, 260 km de infraestructura sanitaria, 28 plantas de tratamiento de aguas residuales, 81 parques industriales, 36 escuelas y 15 cables de fibra óptica para la red de comunicación (Díaz, 2021).
Fotografía de fondo de Playa Rompeolas, Aguadilla, en 2019.
La incorporación del cambio costero como un parámetro para la evaluación de riesgos ayuda al USGS a diseñar pautas que sirvan para la preparación ante las catástrofes, la prevención y la recuperación en las comunidades vulnerables.
Las siguientes imágenes ilustran los cambios costeros que sucedieron entre 1950 y 2018 en Punta Uvero, en el municipio de Loíza. Las líneas de costa mostradas se pueden acceder en el sitio web del USGS.
Al igual que en otras partes de la isla, Punta Uvero ha sufrido un proceso erosivo severo. A continuación, se ilustra otro ejemplo de erosión costera importante. Las imágenes muestran el área de Combate del municipio de Cabo Rojo, en 2006 y 2018.
El siguiente mapa interactivo muestra las posiciones históricas de la línea de costa y su tasa de cambio desde 1901 hasta 2018. Para comenzar, haga clic en el botón "Explore" en la esquina inferior derecha y use el desplazamiento del mouse o los controles de zoom para ajustar la escala. Para modificar las capas de datos visibles en el mapa, haga clic en el ícono de "Capas de Datos". Para mostrar la leyenda de las capas activas, haga clic en el ícono de "Leyenda".
Haga clic en una línea de costa para ver la fuente de datos y la fecha exacta. Para ver la magnitud de la tasa de cambio, active la capa de tasas de cambio y haga clic en el transecto.
Las regiones con las tasas de cambio más altas están marcadas en el mapa. Para navegar por los marcadores, seleccione el tercer ícono en la esquina superior derecha.
El proceso de erosión costera puede aumentar debido a huracanes y marejadas de invierno que resultan en marejadas ciclónicas e inundaciones costeras. A medida que las líneas de costa retroceden, las olas pueden penetrar tierra adentro y aumentar la vulnerabilidad de las comunidades costeras.
En el Caribe, durante la temporada alta de huracanes desde mediados de agosto hasta fines de octubre, las cálidas aguas oceánicas y el aire húmedo ofrecen las condiciones necesarias para que se desarrollen tormentas intensas con vientos de alta velocidad.
Imagen de fondo del huracán Irma el 6 de septiembre de 2017.
Los huracanes pueden provocar grandes inundaciones en las regiones costeras debido al alto volumen de agua que se acumula en las zonas poco profundas a causa de la lluvia y las marejadas ciclónicas. Las inundaciones causadas por huracanes pueden impedir que los ciudadanos tengan acceso a recursos esenciales.
Fotografía de fondo de una inundación extrema en Mayagüez dos días después de que el huracán María pasara por Puerto Rico el 20 de septiembre de 2017.
El siguiente mapa contiene las trayectorias correspondientes a cuatro huracanes fuertes que han azotado a Puerto Rico:
» Huracán Hugo: 18 de septiembre de 1989
» Huracán Georges: 21 de septiembre de 1998
» Huracán Irma: 6 de septiembre de 2017
» Huracán María: 20 de septiembre de 2017
Estos acontecimientos extremos causaron daños en toda la isla. La magnitud de los efectos luego de un huracán depende de su trayectoria y la velocidad del viento. El huracán Hugo, de categoría 4, causó pérdidas de 1,000 millones de dólares en daños de propiedades en Puerto Rico, destruyó el 80% de las estructuras de madera en los municipios de Culebra y Vieques, y dejó a más de 30,000 personas sin hogar (FEMA, 2018).
El huracán Georges, de categoría 3, atravesó el centro de la isla y causó 2,000 millones de dólares en daños. Fue el primer huracán en cruzar toda la isla desde el huracán San Ciprián en 1932. Durante el huracán Georges, fueron destruidos más de 30,000 hogares, y el 80% de los residentes de Puerto Rico se quedó sin agua y electricidad (FEMA, 2018).
Más recientemente, en 2017, Puerto Rico fue azotado por dos huracanes. El primero, el huracán Irma, de categoría 5, provocó daños de 50,000 millones de dólares, principalmente en las Islas Vírgenes y la parte continental de los Estados Unidos (FEMA, 2018). Los vientos que llegaron a Puerto Rico fueron de las bandas externas de la tormenta, de modo que los efectos que se padecieron a nivel local eran similares a los de un huracán de categoría 1 (Lugo, 2019). Dos semanas más tarde, el huracán María, de categoría 4, atravesó el centro de la isla y ocasionó daños estimados de 90,000 millones, principalmente en Puerto Rico (FEMA, 2018), y provocó el mayor apagón en la historia de los Estados Unidos. Las siguientes imágenes muestran las consecuencias.
El huracán María fue el tercer huracán más costoso registrado en los Estados Unidos. Muchas comunidades de bajos ingresos no pudieron cumplir con las regulaciones de zonificación y edificación, por lo que se vieron gravemente afectadas por los vientos huracanados (Szczyrba y otros, 2021).
Fotografía de fondo de una residencia de la ciudad costera de Loíza seis meses después de que el huracán María destrozara el techo.
La evaluación de FEMA indicó que 53,664 casas fueron destruidas o afectadas por el huracán (Szczyrba y otros, 2021). De este a oeste, la infraestructura crítica fue dañada e interrumpida, incluyendo el suministro de agua, la red energética, las telecomunicaciones, el transporte, las carreteras y la asistencia médica.
Fotografía de fondo de los daños causados en Hatillo por el huracán María.
Tras la tormenta, la persona promedio no tenía acceso a la electricidad, el agua potable, las comunicaciones, los bancos, los medicamentos y los supermercados (Lugo, 2019). Los esfuerzos para restituir los servicios públicos esenciales se retrasaron durante meses. Años más tarde, algunas regiones continúan experimentando las repercusiones.
Fotografía de fondo de los daños causados en Carolina por el huracán María.
Los huracanes pueden ocasionar el transporte de grandes cantidades de arena, lo que puede desestabilizar los cimientos de las edificaciones costeras. A causa del huracán María, una hilera de casas y edificios residenciales ubicados a lo largo del litoral en Rincón quedó en ruinas. La energía del oleaje socavó los cimientos y las hizo colapsar.
Fotografía de fondo de los daños causados en Rincón por el huracán María. Tomada en 2021, cuatro años después del huracán.
Esta ventana ilustra los cambios costeros en la playa de Rincón durante un período de 12 años, desde 2006 hasta 2018. En base a las investigaciones del USGS, la costa de este lugar ha retrocedido a razón de 0.6 metros por año, razón por la cual ha desaparecido gran parte del ancho de la playa (Henderson y otros, 2021).
Debido a los altos costos para remover los escombros y reconstruir, la playa ha permanecido en el mismo estado incluso cuatro años después del huracán. Las ruinas impiden el acceso a un lugar que solía atraer a turistas y surfistas de todo el mundo.
Fotografía de fondo de los daños causados en Rincón por el huracán María. Tomada en 2021, cuatro años después del huracán.
Esta situación desencadenó un diálogo en torno a las mejores prácticas de manejo que podrían implementarse para aumentar la resiliencia costera y evitar una mayor destrucción. Algunas personas han recurrido a usar rocas o muros de concreto como barreras para impedir daños en los cimientos. Ese es el caso de las residencias de Cabo Rojo mostradas en la fotografía de fondo y en las imágenes a continuación. Actualmente, se están evaluando otras soluciones posibles para aumentar la resiliencia costera.
El huracán María demostró que la infraestructura construida cerca de la zona marítimo terrestre es más vulnerable a los peligros costeros. Algunos científicos exploran los beneficios de la restauración de barreras naturales para reducir la energía del oleaje y la erosión costera, protegiendo la vida humana y la infraestructura crítica.
Según algunas investigaciones, las regiones costeras que cuentan con barreras naturales sufren menos impactos de huracanes (Barreto-Orta y otros, 2019). Esta última sección de la geonarrativa se aboca de lleno en tres barreras que pueden ayudar a reducir los riesgos costeros: los arrecifes de coral, los manglares y las dunas.
Fotografía de fondo de Loíza en 2022.
Los arrecifes de coral son una de las primeras líneas de defensa contra la acción de las olas en Puerto Rico. Las olas rompen en el borde del arrecife, lo que reduce sus efectos erosivos en la costa. Luego de una tormenta, los arrecifes de coral pueden verse gravemente dañados por el fuerte oleaje, lo que reduce su capacidad de amortiguación y aumenta la amenaza de acontecimientos futuros.
Fotografía de fondo de un arrecife de coral en la Reserva Marina Tres Palmas de Rincón, en 2021.
Los huracanes Irma y María afectaron gravemente los arrecifes de Puerto Rico y Florida. El siguiente video resume tres informes que cuantificaron el aumento de riesgos debido a los daños de arrecifes de coral, y los posibles beneficios de su restauración (Servicio Geológico de los Estados Unidos, 2021).
En la versión móvil, haga clic aquí para abrir el video.
Fotografía de fondo de un arrecife de coral en La Parguera, Lajas, en 2021.
Algunos investigadores del USGS evaluaron rigurosamente los daños provocados por los huracanes Irma y María en Puerto Rico y estimaron un aumento de 178 millones de dólares anuales en riesgos futuros por inundaciones (Storlazzi y otros, 2021b). Sin embargo, ellos encontraron que la restauración de los arrecifes podría evitar más de 40 millones de dólares anuales en daños económicos (Storlazzi y otros, 2021a).
Fotografía de fondo de un coral cuerno de alce (Acropora palmata) en la Reserva Marina Tres Palmas de Rincón, en 2021.
Los manglares son barreras naturales que ofrecen una defensa costera importante en Puerto Rico. Además de amortiguar las marejadas altas, también son criaderos que fomentan la prosperidad de las criaturas marinas. La pérdida de los manglares provocada por un huracán podría reducir su capacidad de protección frente a las tormentas subsiguientes.
Fotografía de fondo de manglares en La Parguera, Lajas, en 2021.
Algunos bosques de mangles se vieron afectados luego del huracán María. Afortunadamente, con el tiempo, estos ecosistemas pueden recuperarse naturalmente y, con esfuerzos de restauración, estos procesos podrían acelerarse.
Vista aerea de La Parguera, Lajas, en 2006.
Las dunas proveen una importante protección costera en la costa norte de Puerto Rico. Sin embargo, algunos ecosistemas de dunas se han erosionado debido a la extracción ilegal de arena para la construcción, el tráfico peatonal, la pérdida de la vegetación y el impacto de las tormentas. Se han llevado a cabo esfuerzos de restauración efectivos utilizando paneles de madera para fomentar la acumulación de arena.
Fotografía de fondo de los esfuerzos para la restauración de las dunas en Isabela en 2021.
Se incorporaron hierbas y vegetación nativa para disminuir la erosión y brindar más soporte a las dunas. En adición, se implementaron otras medidas de conservación, como paseos tablados para proteger a las dunas frágiles de los peatones y facilitar el acceso (Dobson y otros, 2020).
Fotografía de fondo de los esfuerzos para la protección de las dunas en Isabela en 2021.
Estos mecanismos de protección de la costa podrían mejorar la resiliencia de las comunidades costeras, sostener una economía marina vibrante y preservar el modo de vida para las generaciones futuras.
Fotografía de fondo de Isla Caja de Muertos, Ponce, en 2021.
Para conocer más sobre los recursos del USGS para Puerto Rico explore los siguientes enlaces:
Peligros Naturales de Puerto Rico
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Autores: Priscila Vargas-Babilonia, Legna Torres-García, Donya Frank-Gilchrist, Sharifa Karwandyar, Ashley Holsclaw, Rachel Henderson, Julia Heslin y Emily Himmelstoss.
Julio 2022
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